Como en todo el gran proceso de metamorfosis de la civilización occidental que acarrearon las revoluciones norteamericana y francesa, la masonería, aunque solo estuviera presente en una capa muy reducida

por Eduardo Casanova Sucre
Como en todo el gran proceso de metamorfosis de la civilización occidental que acarrearon las revoluciones norteamericana y francesa, la masonería, aunque solo estuviera presente en una capa muy reducida
Los hijos del Coronel don Vicente de Sucre y García de Urbaneja y su primera esposa María Manuela de Alcalá y Sánchez, fueron los siguientes: José María, muerto en 1855,
Atrás había dejado la chispa que encendió el incendio de la América española y un grupo de conjurados que, tal como el suyo, vio fracasar su conspiración porque alguien, el
Ciertamente, ni los soldados independentistas ni Simón Bolívar cantaron jamás entre 1811 y 1823 el “Gloria al Bravo Pueblo”. Como todo (o casi todo), lo que se hizo en torno
Cualquier historiador que por simple pereza, o por esa tendencia recurrente a ignorar todo lo que no tenga que ver directamente con Caracas o con Simón Bolívar, quiera escribir un
Uno de los factores más importantes de la vida venezolana, antes de la Independencia, fue la llamada Compañía Guipuzcoana, una Corporación creada en el Siglo XVIII para administrar el comercio
No se puede entender la Historia si se trata de aplicar al pasado la escala de valores del presente. Hoy nos puede parecer totalmente inhumano y absurdo el clasificar a
Las Indias, América, el Nuevo Mundo, se fueron forjando poco a poco como un espacio distinto a todo lo que hasta entonces había existido. Un espacio en el que se mezclaron muchos espacios y muchas formas de pensar y de actuar. En 1532, en Salamanca, Francisco de Vitoria, profesor de teología, había negado de plano el derecho de España a ocupar las tierras americanas, o indianas, o como quiera que las llamaran. Proclamaba que no puede adquirirse por ocupación nada que sea de alguien, y esas tierras eran de los indígenas
Aquellos falsos dioses barbudos, con piel y cabeza de metal, viajaron hacia el Occidente para convertirse en señores, que no lo eran en España, y los señores tenían no solo riquezas, sino trenes de servidumbre para satisfacer todas sus necesidades. Por lo tanto, esos nuevos señores necesitaban esclavos, pero no solo para satisfacer sus caprichos, sino para hacer las fortunas con las que soñaban. Así nació en régimen de Encomienda de Indios, copiado de los señoríos medioevales y cuyo fin era “proteger” a los pobres indígenas, de paso, servir militarmente a la corona.
Para simplificar: Dos formas culturales que se dieron un Topetazo de Padre y Señor Nuestro, y aunque quieran decir lo contrario, ambas salieron maltrechas. Una más que otra, pero las dos se llevaron lo suyo. Los habitantes que hoy llamamos “precolombinos” perdieron su personalidad y su poder y sus riquezas. Y hasta sus vidas. Los españoles, si bien se enriquecieron en lo inmediato, muy poco tiempo después descubrieron que eran otros los que habían ganado en riqueza y en poder. Como suele suceder, aquella inundación de riquezas pasó sobre la superficie de España, se llevó todo lo que pudo, como un aluvión, y dejó el territorio español venido a menos mientras ganaba el resto de la vieja Europa.