Escena idealizada de la Fundación de Caracas, obra de Tito Salas y ubicada en el Panteón Nacional de Venezuela.

EL VIAJE AL EDÉN

La expedición con la que finalmente los dioses barbudos ocuparon el hermoso valle que está al pie de la montaña cinética no se debió al acaso o a la casualidad. Desde 1548 empezaron a correr serios rumores de que en aquel valle de los indios caracas había grandes minas de oro que los indígenas cuidaban con furia. También tuvo mucho de aquellas marchas que llevaron a los europeos hasta Jerusalén para arrebatársela a los que consideraban indignos de ser los amos de aquellos espacios sagrados. Al fin y al cabo solo había pasado un suspiro desde aquellos días de las Cruzadas, y en la mente de muchos españoles estaba la idea de que habían atravesado el océano para redimir a los indígenas que aún no conocían el mensaje de Dios.

Diego de Losada

LA ATRACCIÓN DEL CENTRO

Tanto Cumaná como Coro, aunque estaban, como Caracas, ubicadas en el Norte del territorio que se estaba convirtiendo en Venezuela, tenían el defecto de ser demasiado vulnerables al ataque de los piratas, especialmente los ingleses, que pululaban en el Mar Caribe. Por otra parte, Cumaná estaba muy al Este y Coro muy al Oeste del país (aunque inicialmente fue dividido en dos provincias, una correspondiente Cumaná y la otra a Coro, ya en aquellos días reclamaba la unidad que alcanzó en 1777), y parece obvio que el centro político y administrativo de ese conjunto debería estar más bien en el centro geográfico.

El Tirano Lope de Aguirre

TIRANO DE SOMBRA Y FUEGO (II)

El 21 de junio de 1561 entró a saco en la Isla de Margarita, desde el Norte. Uno de sus navíos entra por Paraguachí (hoy La Plaza) y el otro por el lugar que aún se llama “El Tirano” o Puerto Fermín. Allí asesinó, entre otros, al teniente de gobernador, Juan Gómez de Villandrando, a doña Ana de Rojas, esposa de Diego Gómez de Ampuero y madre de varias mujeres importantes, suegra de personajes notables y abuela de siete seño­ras que pasarían después a la historia de Caracas como esposas de los que se llamarían “los amos del valle”

Tirano de sombra y fuego: Lope de Aguirre

TIRANO DE SOMBRA Y FUEGO (I)

Las Indias, América, el Nuevo Mundo, se fueron forjando poco a poco como un espacio distinto a todo lo que hasta entonces había existido. Un espacio en el que se mezclaron muchos espacios y muchas formas de pensar y de actuar. En 1532, en Salamanca, Francisco de Vitoria, profesor de teología, había negado de plano el derecho de España a ocupar las tierras americanas, o indianas, o como quiera que las llamaran. Proclamaba que no puede adquirirse por ocupación nada que sea de alguien, y esas tierras eran de los indígenas

Bandera Cruz de Borgoña

EL TANTEO POR OCCIDENTE (II)

El contrato, que como dije antes era casi como el simple alquiler de país, fue anulado en 1546, cuando Juan de Frías, Juez de Residencia designado por la Audiencia de Santo Domingo, sentenció en contra de la familia por considerar que no habían cumplido su parte del convenio. El protagonista de ese momento es Juan de Carvajal, nacido en Ponferrada, en la provincia de León, probablemente en 1510, y muerto el 17 de septiembre de 1546, en El Tocuyo.

Desenbarco de Colón

EL SONIDO DE LAS SOMBRAS (II)

Para simplificar: Dos formas culturales que se dieron un Topetazo de Padre y Señor Nuestro, y aunque quieran decir lo contrario, ambas salieron maltrechas. Una más que otra, pero las dos se llevaron lo suyo. Los habitantes que hoy llamamos “precolombinos” perdieron su personalidad y su poder y sus riquezas. Y hasta sus vidas. Los españoles, si bien se enriquecieron en lo inmediato, muy poco tiempo después descubrieron que eran otros los que habían ganado en riqueza y en poder. Como suele suceder, aquella inundación de riquezas pasó sobre la superficie de España, se llevó todo lo que pudo, como un aluvión, y dejó el territorio español venido a menos mientras ganaba el resto de la vieja Europa.